El domingo pasado se celebró el día del padre en muchos países de Latinoamérica, entre ellos Venezuela. Como los 3 últimos años, felicité a mi papá por teléfono, tratando de transmitirle lo mucho que lo quiero.
Hoy quiero aprovechar para compartir un poco de mi papi con ustedes.
Nacido en Caracas, hijo de Canarios, Españoles, sin familia alguna en Venezuela pero dicho por el mismo, su nacionalidad es «Caraqueño». Más joven dicen que su cabello era claro, un poco rubio, un poco rojo, la verdad no lo sé. Lo recuerdo con canas. Es muy blanco, tanto que si se para un ratico al sol se pone rojito como un camarón jeje. Tiene unos ojos verdes preciosos.
Estudió Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela. Creo que no conozco una persona que se haya leído más libros que él. Fanático de la salsa y del Jazz, si si, extraña combinación. Sordito para bailar pero lo hace con una gracia única.
De él heredé el amor por las matemáticas (bueno el pobre pasó horas y horas dándome clases jeje), por la ingeniería, por el baloncesto y por Caracas. También me enseñó que si como ciudadana quiero exigir, debo ejercer mi derecho al voto.
Mírenlo en esta foto, usando traje y corbata por primera vez en su vida, sólo para llevarme al altar.
Y en ésta otra más al natural:
A medida que va pasando el tiempo soy más consciente de todo lo que me ha dado. Cada día estoy más agradecida con él por todo su amor. Porque cuando cierro los ojos recuerdo sus abrazos, sus besos, todos sus te quieros. Recuerdo su dedicación para enseñarme matemáticas en el colegio y el apoyo que me dio cuando tomé algunas decisiones un poco locas pero no me juzgó, sólo me apoyó ¡Gracias infinitas papi!
Incluso hoy, estando lejos, todos los días me escribe para darme los buenos días y las buenas noches. Mi papi es un hombre muy especial.
Definitivamente hay amores capaces de superar cualquier distancia, cualquier barrera, cualquier obstáculo y mantenerse intacto. Así es nuestro amor papito. Nuestro amor fue «amor a primera vista».
Tu hija mayor… Yuru
manitafeliz 